El bazar de los sueños es la tercera colección de cuentos de Villar Pinto. En «El vuelo de los cisnes», un pastor de renos ayuda a unos cisnes heridos y éstos le hacen un extraordinario regalo: le indican la entrada a un mundo mágico oculto tras la aurora boreal donde habita el anciano de la noche de los tiempos, quien conoce las respuestas a todas las preguntas.
El bazar de los sueños (12 cuentos): «Broan y Turin», «El bazar de los sueños», «El bosque de los ciervos blancos», «El carpintero sin suerte», «El cofre de los náufragos», «El estanque mágico de Verdesmeralda», «El viaje de Breogán», «El vuelo de los cisnes», «La biblioteca de Alejandría», «La deuda del marajá», «La maldición de la sirena de oro» y «Las estrellas capturadas».
En una región del norte conocida como «Tierra dormida», vivió un pastor de renos llamado Inuk. Siguiendo siempre la dirección que marcaban las estrellas, viajaba con ellos a través de las nieves buscando en verano las hierbas altas de las praderas, y en invierno, ricas zonas en líquenes para alimentar a su rebaño.
Por el camino le gustaba detenerse a contemplar ciertas escenas que traían consigo los cambios de las estaciones, y de entre todas ellas, si tuviera que elegir, escogería la llegada de los esbeltos cisnes en primavera.
Allí estaba para verlos en el momento en el que empieza esta historia. Surcando el cielo, todos juntos, comenzaban a descender hacia el gran lago que los acogía por aquellas fechas. Sin embargo, tanto Inuk como los cisnes desconocían que este año el deshielo se había retrasado en la región y en ciertas zonas del lago no había suficiente profundidad así que, cuando algunos de ellos extendieron sus patas pensando que el agua amortiguaría el amerizaje, en realidad se toparon con una fina capa de agua y mucho barro bajo ella, y los primeros cisnes en llegar se lastimaron.
Pero Inuk, que amaba casi tanto a estos animales como a sus queridos renos, acudió en su ayuda y les dedicó todos los cuidados mientras permaneció allí, y los cisnes consiguieron recuperarse. Éstos se sentían muy agradecidos, así que cuando llegó la hora de partir de Inuk, le dijeron:
—Cuando regresamos al sur en otoño, la aurora boreal acude a despedirnos. En ese momento mira al cielo, y ve a donde la aurora se une con la tierra. Allí encontrarás una puerta, y tras la puerta dos escaleras. Sigue la que desciende hacia la izquierda y encontrarás algo que para los hombres es muy valioso. Éste es nuestro obsequio para ti, Inuk, en reconocimiento a tus cuidados.
E Inuk emprendió la marcha sabiendo que aquel equinoccio iba a ser bien distinto de los demás. Cuanto más se acercaba el momento, más emocionado se sentía, hasta que éste llegó. Al atardecer de ese día, vio a los cisnes volando hacia el sur.
—¡Buen viaje! —les deseó el pastor, y ellos le respondieron desde las alturas:
—¡Hasta el próximo año, Inuk!...(¿Quieres saber cómo termina el cuento «El vuelo de los cisnes»? Continúa en la colección de cuentos El bazar de los sueños).